¿El virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) es el SIDA felino?

El ser positivo a FIV simplemente significa que el gato se ha infectado con el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV). Estar infectado con FIV no es lo mismo que tener el SIDA felino. El SIDA felino describe solo las fases terminales de la enfermedad asociada a la infección que puede producirse años después.

Pero, una gran preocupación de los dueños que conviven con gatos denominado positivos es: ¿mi gato puede contagiarme el FIV? La respuesta es no. Aunque pertenece a un grupo similar de virus que el VIH, el FIV solamente afecta a los gatos y no hay riesgo de infección cruzada.

Los gatos pueden coger esta infección principalmente a través del mordisco. Los cachoros también pueden infectarse al nacer, a causa de la carga del virus en la leche materna. También los otros gatos que convivan con el gato infectado pueden ya estar infectados, pero no presentar signos de enfermedad. Generalmente, el contagio del virus entre gatos a través de la interacción social es muy poco frecuente. El diagnóstico se hace mediante un análisis de sangre.

Pronóstico a largo plazo

Según la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (A.V.E.P.A.):

No siempre es posible establecer el pronóstico a largo plazo de los gatos positivos. Lo normal es que el transcurso de la enfermedad comience con una fase asintomática de la enfermedad (en la cual no hay signos externos de estar enfermo) que dura muchos años hasta que desarrolla el SIDA felino con signos de enfermedad. Los avances en veterinaria pueden ayudar al cuidado del gato con SIDA felino con una buena calidad de vida durante mucho más tiempo que hace unos años.

Consejos para mantener a tu gato lo más sano posible, ofrecidos por A.V.E.P.A.:

Se puede ayudar al gato tomando medidas para llevar un estilo de vida saludable con comida de alta calidad, desparasitación regular tanto interna (gusanos) como externa (pulgas) y vacunaciones anuales. Cualquier infección se tratará de forma rápida y agresiva. Ayudar al gato es que el periodo asintomático dure el mayor tiempo posible. Dejar al gato en el interior de la casa ayuda para que no se contagie de infecciones de otros gatos y reduce el riesgo de contagio de FIV a otros gatos. No se debe dar carne cruda al gato y prevenir que él cace en la medida de lo posible, así prevenimos el contagio por Toxoplasma gondii, que es mucho más grave en gatos infectados de FIV.

Tal y como constata el A.V.E.P.A., el FIV causa enfermedad porque destruye el sistema inmunológico del gato y eso hace que no pueda luchar frente a las infecciones de forma normal y es más vulnerable a desarrollar cáncer. Los signos clínicos más comunes a la infección por FIV incluyen:

  1. Gingivitis/ estomatitis
  2. Pérdida de peso
  3. Disminución del apetito
  4. Fiebre
  5. Inflamación de los ojos (conjuntivitis)
  6. Nódulos linfáticos aumentados
  7. Vómitos y diarrea

Muchos de estos signos son muy inespecíficos y otras enfermedades pueden tener cuadros clínicos similares.

Tratamientos

El A.V.E.P.A. explica que las infecciones secundarias pueden ser tratadas de forma efectiva con antibiótico, pero no hay un tratamiento específico para el virus. Se han tratado algunos gatos con medicamentos para el SIDA humano como el AZT con éxito limitado. El interferón felino parece demostrar mejor efectividad en el control de los síntomas y algunos extractos de plantas (550 mg diarios de evening primrose oil) junto con ácidos grasos esenciales y vitaminas parece que ayuda principalmente en los estadíos más tempranos de la enfermedad.

La mayoría de los gatos se infectan por mordiscos mientras se pelean. El riesgo de infección puede disminuir esterilizando al gato (castración) y si es posible hacer que duerma en casa porque la mayoría de las peleas se producen de noche.

A pesar de todo esto, los gatos con FIV llevan una vida nomral y  llena de aventuras.